EUROPA
PRESS
21 abril
2018
El
peligro de las cabinas de bronceado y de los rayos UVA
El buen tiempo parece que ha venido
para quedarse y llega el momento de quitarse ropa y exponer la piel. Quienes
quieren lucir un bronceado y no han tenido tiempo de tomar el sol, en ocasiones
acuden a las cabinas autobronceadoras y de rayos UVA para adquirir el tono
deseado de forma acelerada.
Los expertos cada año recuerdan que la exposición a la
radiación UV es un factor de riesgo principal para la mayoría de los cánceres
de piel. Además, las personas que se exponen mucho a los rayos UV procedentes
de estas fuentes tienen un mayor riesgo de cáncer de piel.
"Aun cuando los rayos UVA y UVB constituyen sólo una
pequeña porción de los rayos solares, estos son la causa principal de los
efectos dañinos del sol en la piel. Los rayos UV dañan el ADN de las células de
la piel. Los cánceres de piel comienzan cuando este daño afecta el ADN de los
genes que controlan el crecimiento de las células de la piel", alerta la
Sociedad Americana del Cáncer.
En concreto, hay tres tipos principales de rayos UV:
·
Los rayos UVA envejecen a las células de la piel y pueden dañar el
ADN de éstas. Están asociados al daño de la piel a largo plazo, provocando por
ejemplo las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en
algunos tipos de cáncer. La mayoría de las camas bronceadoras emiten grandes
cantidades de UVA que, según se ha descubierto, aumentan el riesgo de cáncer de
piel.
·
Los rayos UVB tienen un poco más de energía que los rayos UVA.
Estos rayos pueden dañar directamente al ADN de las células de la piel, y son
los que principalmente causan las quemaduras de sol. Asimismo, se cree que
causan la mayor parte de los cánceres de piel.
·
Los rayos UVC tienen más energía que otros tipos de rayos UV, pero
no penetran nuestra atmósfera y no están en la luz solar. No son normalmente
una causa de cáncer de piel.
En una entrevista con Infosalus,
el presidente de la sección Centro de la Academia Española de Dermatología y
Venereología (AEDV), el doctor José Luís López Estebaranz,
sostiene que la acción de la radiación ultravioleta en la piel a largo plazo es
"acumulativa" y hace que envejezca la piel. "Por ello, las zonas
del cuerpo que estén más expuestas a la luz solar envejecerán más", indica.
Eso sí, precisa que aunque dos personas tomen de igual forma el sol, todo
dependerá de su fototipo de piel. "No es lo mismo para quien tenga la piel
más morena o más clarita. La misma radiación ultravioleta tiene efectos
distintos en función de la piel, aunque siempre es perjudicial", aclara.
El jefe de servicio del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid), y profesor de la Universidad Rey Juan
Carlos (Madrid) subraya a su vez que se ha demostrado que la radiación UV
produce quemaduras solares, y a largo plazo supone un riesgo de aumento de
cáncer de piel. "Se ha visto que, si en la infancia y en la adolescencia
se sufrieron bastantes quemaduras solares, a largo plazo, en la madurez,
conllevan peligro de desarrollar lesiones premalignas
o malignas, a lo que habría que sumar otros factores de riesgo derivados de la
genética", apostilla.
Asimismo, la exposición prolongada a los rayos UV puede
causar envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, pérdida de la elasticidad
de la piel, manchas oscuras (pecas, algunas veces llamadas 'manchas de
envejecimiento' o 'manchas del hígado', y cambios precancerosos de la piel, tal
como áreas ásperas, secas y escamosas llamadas 'queratosis actínica').
Los rayos UV del sol también aumentan el riesgo de que una
persona sufra de cataratas y de ciertos otros problemas visuales. También
pueden suprimir el sistema inmunitario de la piel. Las personas de piel oscura
por lo general tienen una probabilidad menor de padecer cáncer de piel en
comparación con la gente de piel blanca, aunque éstas aún pueden padecer
cataratas y supresión del sistema inmunológico.
Las cabinas de
rayos uva
Según recuerda el doctor José Luís López Estebaranz,
en Estados Unidos existe una normativa por la que, de igual forma de que se
alerta en las cajetillas de tabaco que el fumar mata, en las cabinas
autobronceadoras también se avisa de ello. De hecho, sostiene que en España hay
intención de ponerla en marcha.
Además, dice que hay que alertar a la población del peligro
que las cabinas bronceadoras conllevan, unos aparatos que, a su juicio, su uso
no debería estar permitido para los menores de 18 años. "Si alguien las
quiere usar que sepa que recibe una dosis extra de radiación ultravioleta en
poco tiempo. Es peor que tomar el sol de forma natural. Se trata de una
radiación muy intensa en un periodo muy corto de tiempo, y en fototipos más
claritos es aún peor. Lo compararía con el tabaco y el cáncer de pulmón, de
forma que esa radiación extra de las cabinas de bronceado aumenta el riesgo de cáncer
de piel y el envejecimiento precoz de la piel", indica el especialista.
Igualmente, recuerda que con diez minutos de luz solar al
día en nuestras manos, antebrazos o piernas es suficiente para que se produzca
la vitamina D necesaria para nuestro cuerpo. "Una dosis constante y
continua provoca daños sobre la piel", agrega. Finalmente, llama la
atención sobre las personas que toman determinados medicamentos, para la
hipertensión o el colesterol, o algunas cremas antiinflamatorias, por ejemplo,
ya que pueden tener una hipersensibilidad al sol.